Generalmente este tipo de lesiones viene ya previamente diagnosticadas pues fueron vistas por dermatólogos los cuales nos remiten a nuestra especialidad con diagnóstico confirmado de malignidad. Generalmente carcinomas basocelulares, escamocelulares o raras veces lesiones sin diagnóstico. Una vez teniendo el lugar y al analizar la lectura de la patología se toma la decisión de manejo como cirujano oncólogo de cabeza y cuello.
Aclarando que nuestra especialidad manejo de manera integral la misma, con fines resectivos, ablativos, reconstructivos y lo mas cercano a lo estético. Sin descuidar los márgenes de seguridad a la hora de intervenir quirúrgicamente, lo cual nos diferencia de otro tipo de cirujanos.
Dicha cirugía según el tamaño podría hacerse con anestesia local, sedación o bajo anestesia general según cada caso (a tener en cuenta tamaño y tipo de reconstrucción). Según el tamaño el área a resecar generalmente se hace una incisión elíptica que facilita el cierre y que va en correlación con las líneas faciales y pliegues naturales de la cara y cuello. (ver imagen uno y dos )
A la hora de la reconstrucción las alternativas son un gran universo que van desde el el cierre simple o la utilización de colgajos locales de piel, compuestos o de rotación locoregionales en el caso de la cara, a veces si la lesión es grande se usarán colgajos compuestos o combinados con el uso o no de injertos de piel del propio paciente (ver imagen tres ) dicho cierre se hace con suturas variables las cuales la mayoría son sutiles que eviten marcas en la línea cicatrizal. Luego del cierre se hace una curación de la herida con los cuidados respectivos posteriores. (ver imagen tres cuatro y cinco).